Muchas veces se confunden los términos de tráfico ilícito de migrantes, migración, emigración e inmigración en el contexto del tráfico de personas. Esto ocurre debido a que todos estos conceptos implican el movimiento de personas entre fronteras, pero sus significados y aspectos legales son muy distintos.
El tráfico ilícito de migrantes es un delito transnacional que involucra la facilitación del cruce ilegal de fronteras, motivado por un beneficio económico o material para el traficante. A menudo, se confunde con los términos de migración o emigración, ya que también implican el cruce de fronteras, pero en este caso, las personas son víctimas de un proceso clandestino y, a veces, peligroso. No es una simple decisión voluntaria de trasladarse, sino un acto que pone en riesgo la vida de los migrantes debido a las condiciones inseguras impuestas por los traficantes.
La migración, en cambio, es un término general que se refiere al movimiento de personas de un lugar a otro, sea dentro de un país o entre países. No implica necesariamente ilegalidad o explotación, y puede realizarse de manera legal bajo las normativas migratorias vigentes. Cuando alguien emigra, está dejando su país de origen, mientras que, si inmigra, está entrando en otro país. Ambos movimientos pueden ser voluntarios y legales, sin la intervención de traficantes o redes criminales.